En muchas ocasiones os hablamos de nuestros trabajos y de los perros alojados en nuestra resi o incluso consejos o puntos de vista. Hoy no será nada de esto, ya que lo que vamos a ver es nuestros orígenes como educadores caninos en la residencia canina de Cuenca.
Haya por el años 2006 empezamos nuestra andadura en el mundo perruno y nuestros inicios no fueron fáciles, hasta el 2008 no empezamos a trabajar por cuenta ajena como se suele decir. En la actualidad hay muchas residencias para perros en Tomelloso que se encargan de dar formación, pero por aquel entonces no eran tantas ni tan buenas las alternativas.
Formación en la residencia canina de Madrid
Así que empezamos a formarnos por nuestra zona que es Madrid y que se supone que deben estar los mejores ya que es la capital, o al menos eso pensamos nosotros. Bueno pues después de más de un año pasando por diversas residencia caninas de Madrid no conseguimos salir de teorías que hoy en día están obsoletas, teorías como el líder de la manada. Nuestros intentos por ofrecer servicio de calidad se veía esfumado con cada propietario al que atendemos. Llegamos a pensar que no servimos para esto ya que todo lo que aprendíamos lo aplicamos estrictamente. Lógicamente no conseguimos buenos resultados con esta forma de trabajar así que lejos de desistir probamos suerte en otra parte.
Formación en la residencia canina de Ciudad Real
Casi en el 2007 oigo de hablar de una residencia canina en ciudad Real que imparte formación y que según hablan es de los mejores de España. Así que nada me subo en el coche y pongo rumbo Ciudad Real, a la que estoy allí decido pasar por todas las residencias caninas de Tomelloso y ya pregunto de paso. Al llegar a una de ellas me cuentan que ellos no imparten formación pero que hay unos muy buenos en Cuenca, en ese momento pienso, madre mía cuantas vueltas voy dar para no obtener nada, bueno sin hacer mucho caso a este señor me dirijo a la residencia canina que estaba buscando y cuando llego veo justo que están trabajando en la pista de trabajo. No me hizo falta ni preguntar, al ver semejantes imágenes me doy la vuelta sin que ni siquiera me atiendan. Desilusionado pongo rumba a Madrid y nada más salir me viene a la mente las palabras del otro supuesto mejor formador de Cuenca y me digo a mi mismo: pero quien va a ver en Cuenca, va ser más de los mismo, no me molesto. Cuando voy a coger la autovía me digo a mi mismo que hago algún kilómetro más y me quedo tranquilo, con estas me voy para Cuenca.
Formación en la residencia canina de Cuenca
Para resumir diré que llego al destino y me pongo a buscar la residencia canina de Cuenca, una vez la consigo encontrar me bajo del coche y cuando veo las instalaciones me dan ganas de irme. Paso y pregunto por el adiestrador canino de Cuenca encargado de impartir la formación, entonces sale un hombre que viene de atender a los perros de la residencia con una botas de agua, enseguida pienso que esto es una pérdida de tiempo, hago un juicio de valor en base a lo que veo. Empiezo a hablar con él y lo escucho atentamente todo lo que me dice, creo que estuve escuchando como 30 minutos que me parecieron 5. Jamás llegué a pensar que encontraría otra cosa distinta, mira por donde el que peores pintas tenía ha sido la persona más asombrosa con la que me he encontrado, solo me queda decir, gracias por haber existido.
12 años después
A día de hoy tenemos que decir que si nos dedicamos a esta profesión es gracias a él, así que animo a todo el mundo a que no haga juicios de valor por el mero hecho de vivir en cierto sitio, vestir de cierta forma, y demás cosas en las que yo me fijaba antes de conocerlo.